Internacionales
Alud de nieve sepultó un hotel en Italia: hay dos muertos
Jueves 19/01/2017 | 15:11 hs. | Es en el hospedaje Rigopiano de Farindola, en Pescara. Hay unas 30 personas atrapadas. Se dificulta la tarea de rescatistas. "Fue apocalíptico", dijo un huésped que junto a otro se refugió en un auto.
Tras horas de trabajo de los equipos de rescate a más de mil metros de altura, la Protección Civil italiana confirmó la muerte de una segunda persona por la avalancha que anoche sepultó bajo la nieve al hotel Rigopiano, en el centro del país, luego de los cuatro terremotos de más de cinco grados que sacudieron Italia, mientras se espera por el destino de otras 29 personas atrapadas en del lugar.
Un primer cuerpo fue extraído alrededor de las 9.30 locales (5.30 de Argentina) por los socorristas luego de que uno de los miembros de las fuerzas de rescate que trabajan en el hotel de la región de los Abruzos, Antonio Crocetta, avisara que "hay muchos muertos", informó la RAI.
Los primeros equipos de rescate del Cuerpo de los Alpinos llegaron con esquíes al lugar alrededor de las 4.40 (0.40 en Argentina) y rescataron a dos de los huéspedes que se encontraban fuera del hotel durante el alud y que pudieron refugiarse en un coche y advertir llamando desde un celular sobre lo sucedido.
"Socorro, nos estamos muriendo de frío dentro del hotel", escribieron a los socorristas Giampiero Parete y Fabio Salzetta, los primeros en ser rescatados.
Se cree que algunas personas habrían logrado escapar del hotel. Las luces estaban encendidas pero no se escuchaban ninguna voz.
Parete, según refiere la edición online de Corriere, aseguró a los rescatistas que quedaron atrapados dentro del hotel su mujer y sus dos hijos.
Según la Protección Civil del Municipio de Penne, en la provincia de Pescara, a última hora del miércoles eran 22 los huéspedes registrados, más siete miembros del personal del hotel resort.
El hotel se encuentra en el macizo del Gran Sasso, a unos 1.300 metros de altura y a 170 kilómetros al noreste de Roma, en la cordillera de los Apeninos, una zona de Esquí que, además de las fuertes nevadas de los últimos días, ayer se vio afectado por los sismos que hicieron temblar al centro de Italia.
La avalancha que sepultó al hotel se debió "muy probablemente a la sucesión de eventos sísmicos" de más de 5 grados originados ayer en el centro Italia y se sintieron incluso en la capital Roma, aseguró esta mañana a la RaiNews Carlo Meletti, responsable del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV).
"Debemos esperar y ser conscientes que estos fenómenos seguirán varios años", agregó.
Ayer, cuatros terremotos de más de cinco grados, tres de ellos en apenas una hora, y originados en la misma zona que el sismo que dejó casi 300 víctimas en agosto pasado, provocaron una victima y algunos derrumbes en todo el centro del país.
Durante la noche, además, se registraron 80 réplicas mayores a 2 grados, incluidas dos de 3.5 en la escala de Richter, informó el INGV.
Jornada de sismos
Una serie de temblores, entre ellos uno de magnitud 5,7, sacudieron este miércoles el centro de Italia, una zona ya castigada por sismos el año pasado y ahora cubierta por la nieve invernal.
Una persona muerta fue hallada entre los escombros de un edificio en la comuna de Castel Castagna, en la provincia de Teramo, indicó la prefectura local.
"Fue apocalíptico. Nos quedamos como petrificados. Sentimos primero uno, luego otro, de nuevo uno más fuerte. Sentíamos como que el mundo se estaba derrumbando alrededor nuestro. La gente gritaba. Era terrible", contó a la AFP Nello Patrizi, de 63 años, un ganadero que estaba controlando sus vacas cerca de Montereale (centro).
En total, se han registrado más de 100 réplicas, lo que ha generado pánico en muchas ciudades. Los epicentros se situaron entre las comunas de Montereale, Capitignano, Campostoto, Barete, Pizzoli y Amatrice, en torno a la región central de los Abruzos, a unos 150 kilómetros de Roma.
Los temblores más fuertes se sintieron también en Florencia, Nápoles y Roma, donde cientos de personas salieron de sus casas y trabajos y fueron evacuadas varias escuelas, universidades y museos.
El jefe de la Protección Civil, Fabrizio Curcio, durante una conferencia de prensa, reconoció que "no han podido acceder a muchas localidades", aisladas por la ola de mal tiempo, con fuertes nevadas, ráfagas de viento y temperaturas particularmente bajas.
Amatrice, la localidad más afectada por el sismo de magnitud 6 que el 24 de agosto dejó más de 300 muertos, estuvo aislada durante la jornada. Las ambulancias no pudieron acceder por las fuertes nevadas.
Toda esa zona, ubicada en medio de montañas, sufre desde hace diez días tormentas de nieve y viento que convirtieron muchas de las carreteras en impracticables.
"No sé qué hemos hecho de malo. Ayer, nevadas de hasta dos metros y ahora, el terremoto. ¿Qué se puede decir? No tengo palabras", comentó desconsolado a la televisión el alcalde de Amatrice, Sergio Pirozzi.
"La situación es dramática. Las carreteras no se pueden utilizar por la nieve. Tenemos pocos medios. Otros están dañados", lamentó Stefano Petrucci, alcalde de Accumoli, otras de las aldeas afectadas por los terremotos.
"Vivimos una emergencia monstruosa. Estamos tratando de superar un muro de nieve para entregar ayuda", reconoció el alcalde de Ascoli, Guido Castelli.
La nieve dificulta los socorros
Las tormentas de nieve de los días anteriores complican el traslado de equipos y maquinaria y se teme por la población, sobre todo ancianos y niños, que desde hace varios días no tienen electricidad y sufren problemas de comunicación.
Las regiones de Abruzos, Lazio y Marcas han sido las más afectadas con los sismos del año pasado, con derrumbes de edificios históricas y aldeas enteras arrasadas, por lo que buena parte de la población vive en condiciones precarias.
Según datos de la Cruz Roja, unas 130.000 familias de la zona están sin electricidad y cerca de 10.000 damnificados por los sismos del año pasado dependen de la Protección Civil, de los cuales 450 residen en prefabricados y 700 en gimnasios o centros deportivos.
Los servicios de emergencia movilizaron también helicópteros para supervisar el impacto de los terremotos e intentar socorrer a la gente bloqueada por las nevadas, con temperaturas que llegan a 12 grados bajo cero.
El alcalde de L’Aquila, Massimo Cialente, aseguró que, de momento, no se habían registrado daños en su ciudad, aunque reiteró que la "situación es muy difícil, ya que hay que sumar a las nevadas el terremoto".
En Montereale, se instaló una tienda de campaña gigante para albergar a las personas que temen regresar a sus casas.
Según la asociación Coldiretti, el mayor sindicato agrícola italiano, decenas de vacas, terneros, ovejas y corderos murieron en el derrumbe de dos graneros registrado este mismo miércoles.
Más de 600 vacas y 5.000 ovejas corren el riesgo de morir por falta de refugio y atención.
En Amatrice, la antigua y bella ciudad de montaña devastada por el terremoto de agosto, se derrumbó lo que quedaba del campanario de la iglesia de San Agustín del siglo XIV.
El ejército y los bomberos han sido movilizados para hacer frente a la doble emergencia: responder a los pedidos de asistencia y de transporte de enfermos de una población que vive, desde hace más de seis meses, en condiciones difíciles.
Para el sismólogo Alessandro Amato, del Instituto Italiano de Geofísica y Vulcanología, la secuencia de terremotos de más de 5 grados de magnitud registrados en sólo tres horas constituye un "fenómeno nuevo" en los Apeninos, que de por sí está lleno de fallas.
Un primer cuerpo fue extraído alrededor de las 9.30 locales (5.30 de Argentina) por los socorristas luego de que uno de los miembros de las fuerzas de rescate que trabajan en el hotel de la región de los Abruzos, Antonio Crocetta, avisara que "hay muchos muertos", informó la RAI.
Los primeros equipos de rescate del Cuerpo de los Alpinos llegaron con esquíes al lugar alrededor de las 4.40 (0.40 en Argentina) y rescataron a dos de los huéspedes que se encontraban fuera del hotel durante el alud y que pudieron refugiarse en un coche y advertir llamando desde un celular sobre lo sucedido.
"Socorro, nos estamos muriendo de frío dentro del hotel", escribieron a los socorristas Giampiero Parete y Fabio Salzetta, los primeros en ser rescatados.
Se cree que algunas personas habrían logrado escapar del hotel. Las luces estaban encendidas pero no se escuchaban ninguna voz.
Parete, según refiere la edición online de Corriere, aseguró a los rescatistas que quedaron atrapados dentro del hotel su mujer y sus dos hijos.
Según la Protección Civil del Municipio de Penne, en la provincia de Pescara, a última hora del miércoles eran 22 los huéspedes registrados, más siete miembros del personal del hotel resort.
El hotel se encuentra en el macizo del Gran Sasso, a unos 1.300 metros de altura y a 170 kilómetros al noreste de Roma, en la cordillera de los Apeninos, una zona de Esquí que, además de las fuertes nevadas de los últimos días, ayer se vio afectado por los sismos que hicieron temblar al centro de Italia.
La avalancha que sepultó al hotel se debió "muy probablemente a la sucesión de eventos sísmicos" de más de 5 grados originados ayer en el centro Italia y se sintieron incluso en la capital Roma, aseguró esta mañana a la RaiNews Carlo Meletti, responsable del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV).
"Debemos esperar y ser conscientes que estos fenómenos seguirán varios años", agregó.
Ayer, cuatros terremotos de más de cinco grados, tres de ellos en apenas una hora, y originados en la misma zona que el sismo que dejó casi 300 víctimas en agosto pasado, provocaron una victima y algunos derrumbes en todo el centro del país.
Durante la noche, además, se registraron 80 réplicas mayores a 2 grados, incluidas dos de 3.5 en la escala de Richter, informó el INGV.
Jornada de sismos
Una serie de temblores, entre ellos uno de magnitud 5,7, sacudieron este miércoles el centro de Italia, una zona ya castigada por sismos el año pasado y ahora cubierta por la nieve invernal.
Una persona muerta fue hallada entre los escombros de un edificio en la comuna de Castel Castagna, en la provincia de Teramo, indicó la prefectura local.
"Fue apocalíptico. Nos quedamos como petrificados. Sentimos primero uno, luego otro, de nuevo uno más fuerte. Sentíamos como que el mundo se estaba derrumbando alrededor nuestro. La gente gritaba. Era terrible", contó a la AFP Nello Patrizi, de 63 años, un ganadero que estaba controlando sus vacas cerca de Montereale (centro).
En total, se han registrado más de 100 réplicas, lo que ha generado pánico en muchas ciudades. Los epicentros se situaron entre las comunas de Montereale, Capitignano, Campostoto, Barete, Pizzoli y Amatrice, en torno a la región central de los Abruzos, a unos 150 kilómetros de Roma.
Los temblores más fuertes se sintieron también en Florencia, Nápoles y Roma, donde cientos de personas salieron de sus casas y trabajos y fueron evacuadas varias escuelas, universidades y museos.
El jefe de la Protección Civil, Fabrizio Curcio, durante una conferencia de prensa, reconoció que "no han podido acceder a muchas localidades", aisladas por la ola de mal tiempo, con fuertes nevadas, ráfagas de viento y temperaturas particularmente bajas.
Amatrice, la localidad más afectada por el sismo de magnitud 6 que el 24 de agosto dejó más de 300 muertos, estuvo aislada durante la jornada. Las ambulancias no pudieron acceder por las fuertes nevadas.
Toda esa zona, ubicada en medio de montañas, sufre desde hace diez días tormentas de nieve y viento que convirtieron muchas de las carreteras en impracticables.
"No sé qué hemos hecho de malo. Ayer, nevadas de hasta dos metros y ahora, el terremoto. ¿Qué se puede decir? No tengo palabras", comentó desconsolado a la televisión el alcalde de Amatrice, Sergio Pirozzi.
"La situación es dramática. Las carreteras no se pueden utilizar por la nieve. Tenemos pocos medios. Otros están dañados", lamentó Stefano Petrucci, alcalde de Accumoli, otras de las aldeas afectadas por los terremotos.
"Vivimos una emergencia monstruosa. Estamos tratando de superar un muro de nieve para entregar ayuda", reconoció el alcalde de Ascoli, Guido Castelli.
La nieve dificulta los socorros
Las tormentas de nieve de los días anteriores complican el traslado de equipos y maquinaria y se teme por la población, sobre todo ancianos y niños, que desde hace varios días no tienen electricidad y sufren problemas de comunicación.
Las regiones de Abruzos, Lazio y Marcas han sido las más afectadas con los sismos del año pasado, con derrumbes de edificios históricas y aldeas enteras arrasadas, por lo que buena parte de la población vive en condiciones precarias.
Según datos de la Cruz Roja, unas 130.000 familias de la zona están sin electricidad y cerca de 10.000 damnificados por los sismos del año pasado dependen de la Protección Civil, de los cuales 450 residen en prefabricados y 700 en gimnasios o centros deportivos.
Los servicios de emergencia movilizaron también helicópteros para supervisar el impacto de los terremotos e intentar socorrer a la gente bloqueada por las nevadas, con temperaturas que llegan a 12 grados bajo cero.
El alcalde de L’Aquila, Massimo Cialente, aseguró que, de momento, no se habían registrado daños en su ciudad, aunque reiteró que la "situación es muy difícil, ya que hay que sumar a las nevadas el terremoto".
En Montereale, se instaló una tienda de campaña gigante para albergar a las personas que temen regresar a sus casas.
Según la asociación Coldiretti, el mayor sindicato agrícola italiano, decenas de vacas, terneros, ovejas y corderos murieron en el derrumbe de dos graneros registrado este mismo miércoles.
Más de 600 vacas y 5.000 ovejas corren el riesgo de morir por falta de refugio y atención.
En Amatrice, la antigua y bella ciudad de montaña devastada por el terremoto de agosto, se derrumbó lo que quedaba del campanario de la iglesia de San Agustín del siglo XIV.
El ejército y los bomberos han sido movilizados para hacer frente a la doble emergencia: responder a los pedidos de asistencia y de transporte de enfermos de una población que vive, desde hace más de seis meses, en condiciones difíciles.
Para el sismólogo Alessandro Amato, del Instituto Italiano de Geofísica y Vulcanología, la secuencia de terremotos de más de 5 grados de magnitud registrados en sólo tres horas constituye un "fenómeno nuevo" en los Apeninos, que de por sí está lleno de fallas.
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