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El cambio de River: las diez razones que produjeron un giro positivo
Viernes 21/04/2017 | 13:58 hs. | El equipo de Marcelo Gallardo sumó su séptimo triunfo consecutivo y consolida una idea de juego en los primeros partidos del año, mientras pelea en ambos frentes: la Copa Libertadores y el campeonato local, donde sueña con alcanzar a Boca
"Estoy feliz en el lugar donde estoy, pero no me relajo, no me pasa y no me lo permito. Tal vez lo pueda disfrutar cuando no esté". Marcelo Gallardo inició la pretemporada de River a comienzos de año, con la posterior estada en Estados Unidos, con el objetivo de volver a crear un equipo competitivo. El estímulo estaba: tras ganar la Copa Argentina en un año irregular, se aseguró participar en la Copa Libertadores. Pero el entrenador sabía que debía reordenar piezas, acomodar ideas y volver a generar un convencimiento en el plantel para dar batalla.
Por eso, en su incansable búsqueda de mejorar, apostó a una serie de alternativas durante los amistosos: empezó con línea de tres en un esquema 3-4-1-2 que no convenció, regresó al 4-4-2 clásico y también buscó respuestas en el 4-3-1-2. Pero eso no fue todo, ya que el Muñeco también decidió intentar con alternativas en los futbolistas: probó con Joaquín Arzura y Nicolás Domingo en el medio campo, pasó a Gonzalo Montiel como lateral y a Iván Rossi como marcador central y le dio rodaje a los juveniles Matías Moya, Tomás Andrade y Exequiel Palacios.
Tal vez, en medio de las lesiones de Lucas Alario e Iván Alonso, quedó una pálida imagen del 0-3 con Lanús por Supercopa Argentina y el 0-0 con Unión en los dos primeros partidos oficiales del año. Tras el extenso receso veraniego del fútbol, a River le costó encontrar el ritmo de juego, pero la llegada de Ariel Rojas comenzó a cambiar la historia y el puntapié lo dio en Colombia ante Independiente Medellín (3-1) con una gran actuación colectiva. A partir de allí, todo cambió. Ahora, con un equipo y un esquema 4-4-2 sin posiciones fijas que ya sale de memoria, el millonario renovó su imagen y apuesta fuerte, basándose en diez razones que lo sostienen.
1 | La consolidación del sistema en Colombia. A priori, el partido por ganar en el Grupo 3 de la Copa Libertadores para River era el primero, ante Independiente Medellín, en Colombia. Y lo hizo con creces: fue 3-1 tras la suspensión de más de una hora por lluvia, con un alto nivel de juego y la presencia de Ariel Rojas por primera vez como titular desde su regreso. Aquella noche, el equipo que hoy sale de memoria jugó por primera vez: Batalla; Moreira, Maidana, Martínez Quarta y Casco; Nacho Fernández, Ponzio, Rojas y Pity Martínez; Driussi y Alario. Luego, enfiló seis victorias más y dejó en claro que en la línea de volantes no hay puestos fijos, sino orden dentro del caos.
2 | El regreso de Ariel Rojas. La expectativa que generó su vuelta al club se ve cumplida. Tras irse a México en junio de 2015, su partida dejó un hueco que nadie pudo reemplazar hasta su regreso. Le dio al equipo orden, experiencia, eficacia en la toma de decisiones y claridad con la pelota. Y su presencia soltó en la creación tanto al Pity Martínez como a Nacho Fernández.
3 | La llave del fútbol para Nacho Fernández. Antes de la reanudación del torneo, Gallardo definió al volante como "el ritmo del equipo". Y así ocurrió. Ante la partida de D'Alessandro, el ex Gimnasia quedó como el líder de la generación de juego y no tiene un puesto establecido en el campo: recibe como central y llega al área como enganche. Empezó por la derecha y ahora flota en el medio para trasladar la pelota con precisión. Se volvió la clave del funcionamiento.
4 | El respaldo del director técnico al Pity Martínez. Cuando su ánimo no era el mejor y las cosas no le salían, luego de sucesivas oportunidades durante sus primeros dos años en el club, el Muñeco siguió respaldándolo como titular y los resultados están a la vista. Pasó al sector derecho del ataque y consiguió el desequilibrio que tanto se buscaba, además de seguir aportando como asistidor. Fue clave el trabajo de Sandra Rossi, la especialista en neurociencia del plantel, quien propuso una charla grupal donde el 10 sintió el respaldo de sus compañeros.
5 | El poderío ofensivo que minimiza errores. River lleva anotados 18 goles en los últimos siete partidos, lo que da un promedio de 2,57 por encuentro. Driussi es el máximo anotador del semestre con cinco y luego se suman a la lista: Alario (4), Mora (2), Pity Martínez (2), Martínez Quarta (2), Rojas (1), Auzqui (1) y Nacho Fernández (1). Así, logra subsanar las falencias defensivas que aún muestra un equipo consolidado de mitad de cancha para adelante. El promedio en contra es de 0,71: le marcaron cinco tantos y mantuvo la valla invicta ante Quilmes y Tigre.
6| La aparición de Lucas Martínez Quarta. Mientras Luciano Lollo comenzaba a ponerse a punto físicamente tras su operación, Arturo Mina no brindaba demasiadas garantías y Gonzalo Montiel no convencía, apareció Martínez Quarta a fin de año para llevar tranquilidad a la zaga central millonaria. Con 20 años y un perfil de defensor central con categoría, le dio marca y salida desde el fondo. Sorprendió y desde el cuerpo técnico de River afirman que está rindiendo en Primera mejor de lo que lo hacía en la reserva. Difícilmente pierda su lugar como titular al lado de Jonatan Maidana.
7 | Las atajadas de Batalla. Tras un cierre de año turbulento para el arquero, luego de los errores con Boca y Rosario Central, el entrenador siguió apostando por él y ya es una fija en el equipo titular millonario. Afianzado y más seguro, ha tenido importantes intervenciones a lo largo del semestre, más allá de algún que otro traspié.
8 | Los cambios que dan respuestas. Desde el banco de suplentes, Gallardo logra inclinar la balanza con las modificaciones. En los últimos juegos, el principal actor fue Rodrigo Mora, quien ingresó ante Godoy Cruz -marcó un gol-, Quilmes -participó en los dos goles- y Tigre -hizo el 2-0- para definir el encuentro. Pero no es el único jugador que responde: tanto el joven Exequiel Palacios como Carlos Auzqui -gol ante Lanús-, Iván Alonso o hasta el propio Iván Rossi -quien tuvo un buen partido ante Tigre- empiezan a aportarle su cuota al equipo.
9 | El olvido de los conflictos. En el presente promisorio de River, lejos quedaron los cuestionamientos por la lenta recuperación de Luciano Lollo y su mal rendimiento ante Unión -ya fue suplente con Tigre-, las preguntas sobre el costoso pase de Marcelo Larrondo -quien continúa recuperándose tras una lesión muscular- o el excesivo gasto por el ecuatoriano Arturo Mina cuando todavía no jugó ni un minuto en todo el año.
10| El calendario aún no apremia. Durante el año pasado, uno de los temas centrales fue la rotación por la doble competencia. Este año, todavía no apareció el problema: al ser anual, la Copa Libertadores permite un mayor descanso y todavía no hubo un fuerte rodaje de partidos. La próxima semana, viajará a Ecuador para jugar el jueves 27 ante Emelec y deberá postergar su encuentro frente a Atlético Tucumán del domingo, ya que los tucumanos juegan el martes 2 de mayo con Peñarol. Recién en mayo, afrontará una difícil sucesión: recibirá el miércoles 10 a Emelec, visitará el domingo 14 a Boca, se enfrentará el jueves 18 frente a Melgar en Perú, irá a La Plata el domingo 21 para jugar con Gimnasia -fecha por confirmar- y cerrará el grupo de la Libertadores el jueves 25 con el DIM como local.
Por eso, en su incansable búsqueda de mejorar, apostó a una serie de alternativas durante los amistosos: empezó con línea de tres en un esquema 3-4-1-2 que no convenció, regresó al 4-4-2 clásico y también buscó respuestas en el 4-3-1-2. Pero eso no fue todo, ya que el Muñeco también decidió intentar con alternativas en los futbolistas: probó con Joaquín Arzura y Nicolás Domingo en el medio campo, pasó a Gonzalo Montiel como lateral y a Iván Rossi como marcador central y le dio rodaje a los juveniles Matías Moya, Tomás Andrade y Exequiel Palacios.
Tal vez, en medio de las lesiones de Lucas Alario e Iván Alonso, quedó una pálida imagen del 0-3 con Lanús por Supercopa Argentina y el 0-0 con Unión en los dos primeros partidos oficiales del año. Tras el extenso receso veraniego del fútbol, a River le costó encontrar el ritmo de juego, pero la llegada de Ariel Rojas comenzó a cambiar la historia y el puntapié lo dio en Colombia ante Independiente Medellín (3-1) con una gran actuación colectiva. A partir de allí, todo cambió. Ahora, con un equipo y un esquema 4-4-2 sin posiciones fijas que ya sale de memoria, el millonario renovó su imagen y apuesta fuerte, basándose en diez razones que lo sostienen.
1 | La consolidación del sistema en Colombia. A priori, el partido por ganar en el Grupo 3 de la Copa Libertadores para River era el primero, ante Independiente Medellín, en Colombia. Y lo hizo con creces: fue 3-1 tras la suspensión de más de una hora por lluvia, con un alto nivel de juego y la presencia de Ariel Rojas por primera vez como titular desde su regreso. Aquella noche, el equipo que hoy sale de memoria jugó por primera vez: Batalla; Moreira, Maidana, Martínez Quarta y Casco; Nacho Fernández, Ponzio, Rojas y Pity Martínez; Driussi y Alario. Luego, enfiló seis victorias más y dejó en claro que en la línea de volantes no hay puestos fijos, sino orden dentro del caos.
2 | El regreso de Ariel Rojas. La expectativa que generó su vuelta al club se ve cumplida. Tras irse a México en junio de 2015, su partida dejó un hueco que nadie pudo reemplazar hasta su regreso. Le dio al equipo orden, experiencia, eficacia en la toma de decisiones y claridad con la pelota. Y su presencia soltó en la creación tanto al Pity Martínez como a Nacho Fernández.
3 | La llave del fútbol para Nacho Fernández. Antes de la reanudación del torneo, Gallardo definió al volante como "el ritmo del equipo". Y así ocurrió. Ante la partida de D'Alessandro, el ex Gimnasia quedó como el líder de la generación de juego y no tiene un puesto establecido en el campo: recibe como central y llega al área como enganche. Empezó por la derecha y ahora flota en el medio para trasladar la pelota con precisión. Se volvió la clave del funcionamiento.
4 | El respaldo del director técnico al Pity Martínez. Cuando su ánimo no era el mejor y las cosas no le salían, luego de sucesivas oportunidades durante sus primeros dos años en el club, el Muñeco siguió respaldándolo como titular y los resultados están a la vista. Pasó al sector derecho del ataque y consiguió el desequilibrio que tanto se buscaba, además de seguir aportando como asistidor. Fue clave el trabajo de Sandra Rossi, la especialista en neurociencia del plantel, quien propuso una charla grupal donde el 10 sintió el respaldo de sus compañeros.
5 | El poderío ofensivo que minimiza errores. River lleva anotados 18 goles en los últimos siete partidos, lo que da un promedio de 2,57 por encuentro. Driussi es el máximo anotador del semestre con cinco y luego se suman a la lista: Alario (4), Mora (2), Pity Martínez (2), Martínez Quarta (2), Rojas (1), Auzqui (1) y Nacho Fernández (1). Así, logra subsanar las falencias defensivas que aún muestra un equipo consolidado de mitad de cancha para adelante. El promedio en contra es de 0,71: le marcaron cinco tantos y mantuvo la valla invicta ante Quilmes y Tigre.
6| La aparición de Lucas Martínez Quarta. Mientras Luciano Lollo comenzaba a ponerse a punto físicamente tras su operación, Arturo Mina no brindaba demasiadas garantías y Gonzalo Montiel no convencía, apareció Martínez Quarta a fin de año para llevar tranquilidad a la zaga central millonaria. Con 20 años y un perfil de defensor central con categoría, le dio marca y salida desde el fondo. Sorprendió y desde el cuerpo técnico de River afirman que está rindiendo en Primera mejor de lo que lo hacía en la reserva. Difícilmente pierda su lugar como titular al lado de Jonatan Maidana.
7 | Las atajadas de Batalla. Tras un cierre de año turbulento para el arquero, luego de los errores con Boca y Rosario Central, el entrenador siguió apostando por él y ya es una fija en el equipo titular millonario. Afianzado y más seguro, ha tenido importantes intervenciones a lo largo del semestre, más allá de algún que otro traspié.
8 | Los cambios que dan respuestas. Desde el banco de suplentes, Gallardo logra inclinar la balanza con las modificaciones. En los últimos juegos, el principal actor fue Rodrigo Mora, quien ingresó ante Godoy Cruz -marcó un gol-, Quilmes -participó en los dos goles- y Tigre -hizo el 2-0- para definir el encuentro. Pero no es el único jugador que responde: tanto el joven Exequiel Palacios como Carlos Auzqui -gol ante Lanús-, Iván Alonso o hasta el propio Iván Rossi -quien tuvo un buen partido ante Tigre- empiezan a aportarle su cuota al equipo.
9 | El olvido de los conflictos. En el presente promisorio de River, lejos quedaron los cuestionamientos por la lenta recuperación de Luciano Lollo y su mal rendimiento ante Unión -ya fue suplente con Tigre-, las preguntas sobre el costoso pase de Marcelo Larrondo -quien continúa recuperándose tras una lesión muscular- o el excesivo gasto por el ecuatoriano Arturo Mina cuando todavía no jugó ni un minuto en todo el año.
10| El calendario aún no apremia. Durante el año pasado, uno de los temas centrales fue la rotación por la doble competencia. Este año, todavía no apareció el problema: al ser anual, la Copa Libertadores permite un mayor descanso y todavía no hubo un fuerte rodaje de partidos. La próxima semana, viajará a Ecuador para jugar el jueves 27 ante Emelec y deberá postergar su encuentro frente a Atlético Tucumán del domingo, ya que los tucumanos juegan el martes 2 de mayo con Peñarol. Recién en mayo, afrontará una difícil sucesión: recibirá el miércoles 10 a Emelec, visitará el domingo 14 a Boca, se enfrentará el jueves 18 frente a Melgar en Perú, irá a La Plata el domingo 21 para jugar con Gimnasia -fecha por confirmar- y cerrará el grupo de la Libertadores el jueves 25 con el DIM como local.
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